GRADO DE DIFICULTAD: MEDIO
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS
1 kg. de jibiones
2 cebollas medianas
60 ml. de aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas de vinagre de manzana
1 cucharadita de vino blanco seco
1 cucharadita de perejil picado
ELABORACION
Limpiar bien los jibiones. Para ello sacar los cuerpos de las bolsas, retirar los ojos y una especie de cartílago en forma de lanceta y lavar bien retirando las telillas. Dar vuelta a las bolsas (si el tamaño lo permite se da la vuelta utilizando la mano o con la ayuda de una cuchara de madera. Si son demasiado grandes, habrá que cortarlos. Quitaremos las tintas con cuidado para que no se rompan (como para esta receta no hacen falta se pueden guardar congeladas). Si los calamares son de tamaño pequeño o mediano se rellenan con las patas y si son muy grandes se cortan los cuerpos en trozos grandes y se trocean las patas.
Secar muy bien el jibión, darle unos cortes transversales sin llegar a cortarlo totalmente y dejarlo unas horas impregnado en aceite.
Calentar aceite en una sartén y sofreir los ajos fileteados. Cuando empiecen a moverse, echar la cebolla cortada en juliana y pochar con una pizca de sal y otra de azúcar. Mover de vez en cuando hasta que quede bien confitada y, aunque sin llegar a quemarse, adquiera un tono dorado. Añadir el vino blanco y dejar unos minutos hasta que evapore.
Espolvorear los jibiones con un poco de sal y perejil picadito y ponerlos en la plancha bien caliente hasta dorarlos por ambos lados mojando de vez en cuando la plancha con el aceite en el que ha macerado el jibión. Retirar los trozos de jibión, mezclar el jugo que ha quedado en la plancha con un chorrito de aceite y el vinagre y rociar con ello el jibión. Servir junto a la cebolla confitada.
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