DIFICULTAD: FACIL

INGREDIENTES

  • 150 gms. de harina
  • 100 gms. mantequilla salada
  • 50 gms. azúcar glace
  • 1 yema de huevo
  • 1 cucharadita de jengibre fresco rallado (opcional)

RECETA DETALLADA

Tamizar la harina y ponerla sobre la mesa de trabajo formando un hoyo en el centro, en el que se van colocando la mantequilla que debe estar «en pomada» (blanda sin estar líquida), el azúcar y la yema. Ir incoporando los ingredientes a la harina, hasta conseguir una pasta uniforme. Para formar las pastas yo utilizo una manga pastelera o una churrera con la boquilla. De esta forma se avanza mucho y el resultado son unas pastas ligerísimas y muy crujientes. Otra forma es extender la masa con el rodillo hasta el grueso deseado (3 – 4 mm. está bien) e ir cortándolas con un cortapastas o con un vaso. Así acepta más formas y tamaños, pero da más trabajo porque hay que ir reuniendo los recortes para volver a extender la masa y así hasta terminarla.

HORNO

140º-150º (siempre horno precalentado) durante 12′ dependiendo de cada horno. Habrá que tener en cuenta que si hacemos con la manguera las pastas salen muy finas y se hacen muy pronto. Si la hacemos con cortapastas, dependerá del tamaño y grosor que hayamos elegido por lo que pueden ser necesarios 2-3′ más. En todo caso, conviene que salgan justo cuando empiezan a dorarse pues siguen haciéndose un poco fuera del horno, y sería una pena que se secasen. Dejar enfriar colocando la bandeja sobre la rejilla y retirarlas después con la punta de un cuchillo cuidando de que no se rompan.

OBSERVACIONES

Las realizadas con manga o churrera, por su tamaño, aceptan pocas variaciones (se pueden pincelar con chocolate de cobertura, dejándolas secar hasta endurecer el chocolate). Las realizadas con cortapastas, como por lo general  su tamaño las hace más consistentes, puedes adornarlas como te guste (con 1/2 guinda, almendra fileteada, algún pistacho, cobertura de chocolate…..) Excepto el chocolate, los adornos se colocan antes de introducir en el horno.

En cuanto al jengibre He separado este concepto porque el jengibre hay que tratarlo con mucha prudencia. A mi personalmente estas pastas con jengibre me parecen deliciosas. Utilizando la cantidad adecuada, el jengibre potencia el sabor de la mantequilla dándole un carácter especial al conjunto. Yo pongo una cucharadita de ralladura de jengibre fresco, secando con un papel absorbente el exceso de zumo. De no hacerlo así podría alterarse el equilibrio de la receta y tendríamos que añadir un poquito de harina. Unir el jengibre y distribuirlo bien en la masa. El resto todo igual. Si hay pastas sobrantes de diferente tipo deben GUARDARSE POR SEPARADO  ya que de lo contrario se prestan sabor unas a otras y se revienen. Manteniéndolas bien cerradas duran bastantes días.

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